Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco conmovió hoy con un abrazo y una bendición especial a la pequeña Lizzy Myers, una niña que viajó desde Estados Unidos hasta Roma para conocerlo antes de perder la vista y el oído, debido a una rara enfermedad genética.
Francisco cumplió el sueño de la pequeña de cinco años, quien llegó hasta la Plaza de San Pedro acompañada por sus padres Christine y Steve, junto a su hermana menor, y con una muñeca en brazos.
La familia estaba en primera fila en la audiencia general del pontífice, a la que asistieron unas 25 mil personas, y al final Jorge Mario Bergoglio se acercó a Lizzy, la besó y le bendijo con sus manos los ojos.
Lizzy, quien perderá la vista y el oído por causa del síndrome de Usher tipo B que padece, hizo junto a sus padres una lista de las cosas que quería ver antes de perder la vista, una de ellas era conocer al Papa.
Desde Ohio, Estados Unidos, en donde vive, su historia se hizo conocida a través de las redes sociales y generó un espontáneo movimiento de solidaridad. Una aerolínea turca ofreció los boletos a toda la familia, y un hotel romano dio el hospedaje.
La organización católica que transporta enfermos a diversos santuarios católicos del mundo, Unitalsi, se ocupó de los detalles del periplo.
Al saludar a Francisco, la niña le regaló una cajita con un trozo de un meteorito caído en Ohio.
“Advertí una gran sensación de paz”, dijo la madre de Lizzy a los periodistas, tras el emocionante encuentro.