Albuquerque, New Mexico.- Ciudades a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos efectúan preparativos ante la visita del papa Francisco a la localidad mexicana de Ciudad Juárez, en tanto que diversos prelados han advertido a los posibles visitantes que eviten ser víctimas de algún timo o fraude.
Los prelados católicos estadounidenses dijeron que la Diócesis de Ciudad Juárez es la distribuidora oficial de las entradas para asistir a la misa papal que se efectuará al aire libre el 17 de febrero en esa localidad mexicana y un número limitado boletos serán entregados a parroquias de El Paso, Texas.
Pero debido a la capacidad limitada, la diócesis de Las Cruces (New Mexico) no obtendrá boletos. Representantes de esa diócesis afirmaron que las entradas no estarán a la venta y advirtieron a las personas de que no compren ninguna.
En lugar de ello, quienes quieran escuchar la misa del papa Francisco pero no puedan conseguir boletos quizá podrán hacerlo en el estadio Sun Bowl de El Paso, hasta donde sería transmitida en vivo, dijo la portavoz de la Diócesis de El Paso, Elizabeth O’Hara.
Los boletos para quienes deseen asistir a ese evento tendrían un precio bajo a fin de cubrir los gastos de organización, agregó.
El posible evento en el Sun Bowl continúa en análisis después de que prelados católicos expresaran preocupaciones relacionadas a la seguridad y cancelarán sus planes para una celebración con el papa en la frontera con México cerca de El Paso, Texas.
El pontífice no tiene previsto visitar ninguna ciudad fronteriza estadounidense.
Ciudad Juárez, en el norte de México, justo al otro lado de la frontera de El Paso, será la última escala del papa en su peregrinaje de cinco días por México, que comenzará el 12 de febrero en la Ciudad de México. Durante la visita a la capital mexicana, el papa tiene programado acudir a la Basílica de Guadalupe, la santa patrona del país.
El pontífice continuará su periplo por México en el estado de Chiapas, en el sur, una de las zonas más pobres del país y hogar de una numerosa población indígena. Luego irá a Morelia, capital del estado de Michoacán, que ha sufrido por la violencia del narcotráfico.
En Ciudad Juárez ya hay carteles por toda la ciudad anunciando la visita del pontífice, especialmente cerca de la catedral principal. Abundan las imágenes de Francisco con las palabras “Ciudad Juárez es amor”, en un intento por cambiar la imagen de la ciudad a la que empañó la violencia del narcotráfico hace algunos años.
La misa al aire libre tendrá lugar en un campo abierto con capacidad para 220.000 personas. Se prevé que el pontífice hable de la inmigración hacia Estados Unidos y la pobreza que persiste en ambos lados de la frontera.
La diócesis de El Paso no está organizando peregrinajes a Ciudad Juárez, pero es posible que visitantes viajen a esa localidad mexicana para asistir a la misa papal o ver a Francisco en su recorrido por las calles.
“La visita es a México pero también es una visita a nosotros”, declaró Allen Sánchez, director ejecutivo de la Conferencia Episcopal de New Mexico. “El estará en la puerta vecina”, agregó.