Ivonne Montero vio en el nacimiento de su hija, su máxima felicidad, por lo que cuando le dijeron que nació con una cardiopatía congénita y un pequeño quiste en su nariz, lo primero que pensó fue en levantarse de la cama para cuidarla y hacer hasta lo imposible por llevarla con los mejores especialistas.
“Su nacimiento me hizo la más feliz, la más fuerte. Me siento bendecida, muy agradecida con papá Dios por permitirme ser madre y padre de un angelito como Antonella, no ha sido fácil, porque ella nació con una condición de salud delicada, pero he puesto todo mi amor y mayor esfuerzo para que salga adelante, va muy bien, está hermosa, ilumina mi vida”, señala la protagonista de telenovelas como “¡Ay Anita no te Rajes!”
El 24 de abril pasado, Antonella cumplió dos años de edad, mismos en los que Ivonne se ha volcado a trabajar incansablemente para que tenga lo mejor posible, no puede parar, porque ella se hace cargo completamente de su atención médica y cuidado, ya que se divorció días antes del nacimiento de su hija, a quien su padre nunca se ha acercado.
“No me importa desvelarme, cansarme, pero me cuido mucho para estar bien para seguir adelante. Mi bebé necesita una atención continua, muchos cuidados, pero gracias a Dios ha crecido como una niña normal, ahorita ya tiene programado un cateterismo y quizá necesite una cirugía o varias, no sabemos, hasta que esté completamente bien, pero aquí estoy para lo que necesite”, indica.
Señala que, afortunadamente, hasta ahora trabajo no le ha faltado “y si falta, hago hasta lo imposible por conseguirlo, no puedo esperar”, agrega.