México.- Entre anafres y cazuelas de antojitos muy mexicanos, año con año la Villa de Guadalupe se ve inundada con las diversas tradiciones gastronómicas regionales de los peregrinos que visitan ese santuario, el 12 de diciembre, para celebrar la fiesta de la que ha sido considerada la máxima patrona de los mexicanos.
Atoles, tamales, carne en chile verde, frijoles refritos, mole con pollo, tortillas, chicharrón en salsa y tacos placeros son algunos de los platillos que los peregrinos provenientes de todo el país acostumbran llevar para aguantar las largas jornadas y llegar al altar de la Virgen, dice Luz María Ramírez, que acompaña desde hace 27 años a los danzantes que bailan Los tejuanes, de Acatlán, Puebla.
Las tortas de ahuautle son uno de los guisos que integran su itacate: se elaboran con huevecillos de los moscos molidos, como las tortas de camarón.
Estos productos se preparan desde hace muchos años también para dar gracias a la Virgen de los favores recibidos durante el año, comenta Felipe Aguila Pacheco, danzante conchero por 50 años.
Durante la celebración de la Virgen de Guadalupe también se vende pan, que es ofrecido en grandes canastos de mimbre. Este pan es traído de los pueblos de donde llegan los peregrinos, advierte la vendedora.
Fervor inagotable
Desde finales de noviembre llegan algunos peregrinos. Entre su cargamento traen braseros o anafres, ya sea para preparar la comida o solamente para calentar el café, necesario para el frío de la madrugada.
Las mujeres llevan comida para los bailarines, como ocurre con los encargados de la danza que ejemplifica la lucha entre moros y cristianos en España.
La costumbre es compartir la comida entre todos los que danzamos. En algunas ocasiones somos invitados 15 días antes para representar en Santa Cruz Meyehualco, Mixe o Tláhuac. En estos lugares los compañeros compartimos mole, arroz, frijoles y aguas frescas, dice Roberto Bermont, que durante varias décadas ha participado en las danzas tradicionales en la Villa de Guadalupe.
Platillos para celebrar a la virgen
Tamales guadalupanos (18 porciones)
200 gramos de manteca vegetal
200 gramos de manteca de cerdo
1 kilo de masa de maíz
350 gramos de azúcar
1 cucharadita de canela en polvo
100 gramos de pasitas
100 gramos de nueces de Castilla
100 gramos de almendras
1/2 taza de té concentrado de rosas de Castilla
1/2 litro de agua
1 cucharadita de polvo para hornear
Colorante vegetal (opcional)
Hojas de maíz
PREPARACIÓN:
Batir muy bien las mantecas. Agregar poco a poco la masa de maíz, las nueces, almendras molidas, azúcar, canela, polvo de hornear y concentrado de rosas.
Batir lo necesario para formar una masa hasta que poniendo un poco de ella en un vaso con agua flote en la superficie.
Remojar las hojas de maíz en agua tibia y escurrir muy bien. Incorporar un poco de masa extendida, unas cuantas pasitas y si desea trocitos de almendra y nueces. Doblar formando los tamales. Cocinar al vapor durante una hora aproximadamente. Es opcional poner a la masa color vegetal del que se desee.
Gorditas de nata (24 porciones)
1 kilo de harina
1 cucharada de azúcar
1/4 de cucharadita de polvo de hornear
Raspadura de 2 limones
5 huevos
1 taza de nata
PREPARACIÓN:
Hacer una fuente con la harina, azúcar, el polvo de hornear y la raspadura de limón. Agregar los huevos y la nata. Amasar hasta que no se pegue en las manos. Dejar reposar 20 minutos a temperatura ambiente. Hacer bolitas con la masa. Enharinar una tabla y el rodillo. Extender hasta quedar delgadas. Cocer en comal a fuego lento y esperar a que se inflen. Envolver en papel de china.
Chocolate (8 porciones)
Grado de dificultad: sencillo
8 tazas de leche o agua
2 tablillas de chocolate amargo
La pulpa de 1 vaina de vainilla
1 raja de canela
PREPARACIÓN: 30 minutos
Hervir leche o agua con chocolate.
Mover con un molinillo para espumar.
Al primer hervor, agregar vainilla y canela.