Un grupo de Dreamers y sus familias pidieron el martes a mediodía colegiaturas justas para los estudiantes que se han beneficiado con la Acción Diferida (DACA).
Al dar inicio la primera de una serie de audiencias en la Corte del Condado Maricopa para evitar el alza en las colegiaturas, los “soñadores” aseguraron que el incremento haría muy difícil el acceso a la educación para miles de estudiantes latinos de Arizona.
Martha Gómez, abogada del Fondo Mexicoamericano Para la Defensa Legal (MALDEF), dijo que los estudiantes beneficiarios del DACA tienen el derecho constitucional otorgado por el gobierno federal para seguir estudiando.
Confió en que la Corte del Condado Maricopa falle a favor de los estudiantes para permitirles continuar con sus estudios.
Abel Badillo, uno de los Dreamers demandantes en el caso de los Colegios Comunitarios contra el gobierno de Arizona, mencionó previo a la audiencia que el pago de colegiaturas como estudiantes foráneos limita casi por completo a los jóvenes a continuar sus estudios.
“Con los costos que el gobierno propone no podré ir a la escuela tiempo completo. Enfrentamos muchos obstáculos y solo queremos obtener una educación de calidad a un costo justo”, indicó.
Abel como miles de estudiantes llegó a Estados Unidos siendo un niño, y la ilusión de terminar una carrera sigue siendo real a pesar de los obstáculos y las limitaciones para alcanzar ese sueño.
“Llegué a los cuatro años a Estados Unidos. Estudié aquí desde kínder y ahora estoy estudiando negocios en el Colegio Comunitario de Glendale. Quiero terminar la carrera de mercadotecnia y poder ser un empresario”, asegura el joven inmigrante originario de la ciudad de México.
Abel paga actualmente por 18 créditos mil 500 dólares, pero si el fallo de la Corte favorece al estado esa cifra se incrementará a cuatro mil 500, lo que hará casi imposible que el joven Dreamer pueda cumplir su meta educativa.
Para Silverio García, representante de la Arizona Dream Act Coalition, la esperanza es que el juez de la Corte vea las cosas en su justa dimensión y le otorgue el derecho a los jóvenes de pagar colegiaturas como residentes locales.
Aunque se esperan más audiencias antes de que la Corte emita un fallo, los Dreamers y sus familias no cesan en su intento de alcanzar una educación en igualdad de condiciones.